Garbiñe Ortega, productora y curadora española: “La figura del curador es más importante que nunca porque sirve para ordenar la enorme cantidad de películas que hay”

Nunca antes en la historia se habían hecho tantas películas ni la gente había consumido tanto cine. El auge de las plataformas de streaming ha llevado, entre otros factores, a la producción cinematográfica mundial a máximos históricos. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés), en 2023, el último año del que se dispone de datos globales completos, se produjeron un total de 9.511 películas, en comparación con las 5.656 de 2020 y las 9.328 de 2019, lo que representa un aumento del 68 % y del 2 %, respectivamente.

Para la productora y curadora española Garbiñe Ortega (Vitoria-Gasteiz, 1981), se trata de un momento “abrumador”, en el que “la figura del curador cinematográfico es más necesaria que nunca porque sirve para ordenar la enorme cantidad de películas que se están haciendo y para encontrar diferentes contextos para hacerlas accesibles”. 

“La cantidad de estímulos y de inputs que recibimos complica la programación y la exhibición de ciertas obras que tienen otro tempo y otro tipo de lenguaje que se resiste a esas lógicas”, apuntó Ortega, quien dictó recientemente en el CCESantiago un taller sobre curadoría de cine.

Durante tres jornadas, entre el 21 y el 24 de octubre, los participantes abordaron en el taller las distintas definiciones de la curaduría de cine y los criterios que debe de tener en cuenta un curador a la hora de tomar decisiones sobre un programa específico.

“No es lo mismo trabajar en una filmoteca que en un cineclub de barrio o en una sala de exhibición alternativa. Tampoco es lo mismo trabajar en un museo de una gran ciudad que un festival alternativo organzanizado en un pueblo pequeño”, apuntó Ortega, quien ha producido películas de Nicolás Pereda, Lois Patiño o Matías Piñeiro y cuyo trabajo curatorial ha sido mostrado internacionalmente en instituciones como Film Society del Lincoln Center (NY), Tate Modern, Film Museum de Viena, Pacific Film Archive, National Gallery of Art de Washington o Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

Ortega pertenece a una corriente que defiende que las curadurías tienen que “inyectar más reflexión política y pensamiento crítico a través de sus programaciones” y contribuir así a “hacer ciudadanos más responsables”.

En este contexto global tan polarizado, marcado además por el auge del conservadurismo y la subida al poder de las ultraderechas en distintas partes del mundo, la cineasta defiende “la importancia de encontrarnos”: “La experiencia cinematográfica colectiva va a ser algo que nos toque defender. Cualquier tipo de encuentro social crítico es una amenaza. Hay que promover espacios que generen cajas de resonancias y el cine tiene un gran poder de convocatoria”.

Fecha
03 November 2025
Compartir
icono facebook icono X